

Qué es un verdadero medicamento?
El desarrollo de los fármacos de síntesis ha significado un gran avance para la humanidad en algunas áreas de la salud. Sería poco objetivo el no reconocer que el descubrimiento de antibióticos, broncodilatadores, antiparasitarios y analgésicos, entre muchos otros, son indispensables en una sala de emergencias y en cuadros agudos que ponen en peligro la vida del paciente, sin embargo, igual de válido es decir que su uso a largo plazo en las enfermedades crónico-degenerativas trae consecuencias muchas veces nefastas, en donde se aplica el dicho, “es peor el remedio que la enfermedad”.
La palabra medicamento se define según la Real Academia Española (RAE) como una sustancia que administrada a un organismo animal, interior o exteriormente, sirve para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar las secuelas de esta. Desde el punto de vista de la biofísica moderna, esto se corresponde con, como describe el Ing. José Olalde en The Systemic Theory of the Living Systems, part III, “entregarle al sistema viviente energía y/o información que generen el orden como consecuencia de la disminución de entropía”. En otras palabras, el medicamento ideal, natural o sintético, debe incrementar la Biointeligencia del sistema, la reserva funcional de Energía y la Organización, sin generar efectos secundarios.
Es pertinente destacar de este concepto, que en ningún momento en la definición de la RAE, se habla de efecto secundario, por el contrario, vemos palabras que tienen una connotación positiva como curar, aliviar, corregir y reparar. Podemos deducir que cualquier sustancia que genere efectos secundarios, no califica como medicamento según la RAE.
Comprendiendo a cabalidad esta definición, es evidente que los fármacos de síntesis no pueden ser catalogados como medicamentos, ya que todos ellos pueden producir efectos secundarios en mayor o menor grado. Así, podemos ver con claridad uno de los datos falsos manejados en la medicina contemporánea, que ha generado gran confusión y controversia durante los últimos 100 años. Este dato está en la mente de los profesionales de la medicina y de la gran mayoría de la población del mundo occidental, y reza de la siguiente manera: para que una sustancia sea medicinal, obligatoriamente debe tener efectos secundarios. Nada más lejos de la verdad, como podemos ver en la definición de medicamento con la que comienza el presente artículo.
Por otra parte, de este sencillo análisis se desprende que si el medicamento debe prevenir, curar, aliviar, corregir o reparar, las plantas adaptogénicas y las fórmulas sistémicas cumplen totalmente con la definición, ya que no solo tienen las propiedades anteriormente descritas sino que, además, no producen efectos secundarios, lo que las convierte (por definición) en lo que es un verdadero medicamento.
Medicamento no es igual a sintético o químico, vemos claramente en la definición de la RAE, que la misma dice “sustancia” y, obviamente, estas sustancias pueden ser naturales, como es en el caso de los adaptógenos.
Al iniciarse el uso de medicamentos de síntesis, a principios del siglo pasado, por alguna extraña razón las miles de sustancias naturales que habían sido utilizadas con gran éxito para el tratamiento de diversas enfermedades comenzaron a desaparecer del vocabulario médico, de los pensa de estudios de las facultades de medicina y de la mente de las nuevas generaciones de médicos, algo así como un tipo de amnesia provocada en el gremio médico, quienes olvidaron los miles de años de tradición herbaria que hasta ese momento existía en el mundo. Esto ha traído como consecuencia, quizás una de las mayores catástrofes que existen actualmente en el mundo, como es la polimedicación sintética crónica de un altísimo porcentaje de la población mundial quienes, por supuesto, padecen o padecerán los efectos secundarios de estos fármacos de síntesis.
A modo de ejemplo, en los EEUU, 40.000.000 de personas utilizan algún tipo de estatina (medicamentos para bajar el colesterol) de manera regular, a pesar de los severos efectos secundarios que estos fármacos han demostrado ocasionar.
Uno de los mayores méritos de la Medicina Sistémica, si no el mayor, ha sido el haber rescatado y unido para darle uso de manera sistemática, novedosa y efectiva, todo ese milenario conocimiento científico, y darle uso práctico y funcional a través de la creación de una teoría unificada que ya ha sido científicamente comprobada.
La medicina sistémica fundamenta la utilización de combinaciones de adaptógenos sobre los más actuales avances de las ciencia en el área de la medicina, biofísica, termodinámica y cibernética. Es debido a esto que se puede afirmar, sin temor a pecar de exagerados, que la medicina sistémica, fundamentada en el uso de adaptógenos, es en este momento el ejemplo a seguir, por ser una medicina efectiva, humana, científicamente comprobada y cuyos axiomas y leyes apuntan hacia el máximo nivel de bienestar del individuo.
Las enfermedades autoinmunes pertenecen a un gran grupo de patologías adquiridas que tienen en común múltiples alteraciones inmunológicas e inflamatorias del tejido conectivo. Con el enfoque de la Medicina Sistémica (con plantas superiores) se puede lograr el restablecimiento total o parcial del 80% de pacientes, sin los efectos secundarios que pueden producir los tratamientos convencionales.
Este tipo de padecimientos comparten ciertas características clínicas, lo que dificulta su diagnóstico diferencial. Los hallazgos comunes incluyen: sinovitis, pleuritis, miocarditis, endocarditis, pericarditis, peritonitis, vasculitis, miositis, erupciones cutáneas, alteraciones del tejido conectivo y riñones. Los exámenes de laboratorio con frecuencia revelan anemia hemolítica, plaquetopenia, leucopenia, exceso o déficit de inmunoglobulinas, presencia de anticuerpos antinucleares, factor reumatoide, crioglobulinas, elevación de enzimas musculares y alteraciones del complemento sérico (C3,C4,CH50).
Dentro del grupo llamado enfermedades autoinmunes, se encuentran: artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, polimiositis, dermatomiositis, síndrome de Sjogren, rabdomiólisis, poliarteritis nodosa, poliangeítis microscópica, polimialgia reumática, arteritis de células gigantes, enfermedad de Still, granulomatosis de Wegener, crioglobulinemia, púrpura de Henoch-Schonlein, síndrome de Behcet, espondilitis anquilosante, anemia hemolítica autoinmune, hepatopatia autoinmune y otras.
Otro común denominador de este grupo de enfermedades, es el tratamiento utilizado convencionalmente, el cual consiste en drogas con efectos inmunosupresores (drogas depresoras del sistema inmunológico) tales como:
• Ciclosporina y tacrolimo (los cuales causan nefrotoxicidad, hipertensión, neurotoxicidad, etc.
• Prednisona, metilprednisolona y otros corticosteroides suprarrenales (asociados a úlceras gástricas, diabetes, osteoporosis, infecciones recurrentes, hipertensión y otras)
• Azatriopina, mofetil micofelinato, ciclofosfamida, los cuales son agentes citotóxicos no selectivos (sus principios activos destruyen el DNA de células enfermas y sanas sin distinguirlas)
• Hidroxicloroquina, Metotrexate (asociados a daños a nivel retiniano y hepático respectivamente)
Dentro del grupo de adaptógenos utilizados en Medicina Sistémica para el tratamiento de este tipo de enfermedades, destacan un grupo de plantas superiores con principios activos conocidos y comprobados efectos inmunomoduladores (modulación de la actividad inmunológica, sin suprimirla), entre ellas: Astrágalus membranáceus, Ganoderma lucidum, Morinda citrifolia y Sutherlandia frutescens, que actúan de manera sinérgica, potenciando cada una a la otra (mecanismo de sinergia herbaria) por lo que su utilización en combinaciones logra resultados mayores que la suma algebraica de cada una de ellas.
La inmunomodulación y no la inmunosupresión, es la vía correcta para el tratamiento de pacientes con enfermedades autoinmunes, ya que la regularización de la actividad del sistema inmunológico conlleva a la remisión del problema, es decir, corrige la causa de la enfermedad, a diferencia de los tratamientos convencionales que tratan el síntoma y tienen efectos secundarios de tanta severidad, que en muchas ocasiones ponen en peligro la vida del paciente.
La secuencia para que se manifieste una enfermedad incurable es:
1) agente agresor, 2) debilitamiento de la Inteligencia biológica y 3) "incurable".
En vista de esa lógica, la Medicina Sistémica postula que para poder obtener la remisión clínica del paciente con enfermedades "incurables" (incluyendo las enfermedades autoinmunes), es necesario:
1) Restablecer la Inteligencia biológica con adaptógenos que estimulen la Inteligencia biológica.
2) Eliminar al/los agentes causales (biológicos, físicos, químicos y emocionales).
Con el enfoque de la Medicina Sistémica se puede lograr el restablecimiento total o parcial del 80% de este grupo de pacientes, sin los efectos secundarios que pueden producir los tratamientos convencionales.
Lo Natural VS. Los Laboratorios
Entrevista con la Dra. Silvia Debenedetti, doctora en Farmacia y profesora titular de Farmacognosia en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y en la Universidad de Belgrano (UB). La Dra. Debenedetti dirige la carrera de Farmacia en la Universidad de Belgrano e integra el Consejo Asesor del Magíster en Plantas Medicinales de la UNLP. Es miembro de la Subcomisión de Farmacopea para la redacción de Monografías de drogas vegetales y de la Comisión de Medicamentos Herbarios del Instituto Nacional de Medicamentos de la ANMAT.
-¿En qué situación se encuentra la Argentina en cuanto a drogas vegetales en la Farmacopea ? Argentina tiene uno de los mejores niveles de América Latina, y está en línea con Europa. No tanto con Estados Unidos, que maneja otro criterio. La Farmacopea de Estados Unidos incluye dos tomos, United States Pharmacopeia (UPS) y National Formulary (NF). Las plantas medicinales no aparecen en el primero, donde están las drogas, sino en el segundo, porque no se las considera drogas, sino aditivos alimentarios o suplementos. Si bien Estados Unidos tiene los criterios más altos en cuanto a control de calidad de drogas en general, recién ahora se está poniendo a tono con las drogas vegetales. Es una farmacopea privada, distintos equipos de investigación intervienen en la confección de las monografías y tienen muchos grupos dedicados a eso.
-¿En Estados Unidos las plantas medicinales no son consideradas drogas?
No, a excepción de aquellas que tienen identificados sus principios activos, ninguna es aceptada como droga. Alrededor de esto hay un gran problema legal. En 1994, cuando el público y las industrias presionaban para que los medicamentos herbarios fueran reconocidos como drogas, la Food and Drug Administration (FDA) se negó a reconocerlas como tales y por lo tanto salió como ley del Congreso que podían ser incluidas en la Farmacopea como suplementos dietarios. Esa ley, llamada " Dietary Supplement Health and Education Act "(DSHEA) fue firmada por el presidente Bill Clinton el 14 de noviembre de 1994 y considera a la mayor parte de las plantas medicinales y sus productos como suplementos dietarios. A raíz de eso se produjo un desbarajuste mundial, porque la mayor parte de ellas han sido utilizadas desde hace cientos de años por sus propiedades terapéuticas y no por sus propiedades alimenticias, por lo que deben ser consideradas drogas. Yo siempre digo en mis conferencias que, por ejemplo, nadie come valeriana, y de hecho hay muchos estudios que avalan el uso tradicional de valeriana como inductor de un sueño fisiológico. Europa sí las consideraba drogas: estuvieron incluidas como medicamentos desde la primera Directiva de la Comunidad Europea ( Directive 65/65/EEC). Estados Unidos invadió los mercados con suplementos dietarios que contenían hierbas medicinales o drogas vegetales, que no tienen control de activos, sino solo un control de identidad y buenas prácticas de manufactura.
-¿No esperan que tengan un efecto terapéutico?
Exactamente. Si el ácido isovalerénico es el marcador para la valeriana, no les importa si es activo o no es activo. En cambio, la Farmacopea Europea tiene otro criterio. En mi caso, y en el de la mayoría de mis colegas que trabajan en Farmacognosia , tendemos a coincidir con el criterio europeo.
-¿Cuál es el criterio europeo?
La Farmacopea Europea tiene una tradición, desde 1965 que las viene reconociendo como drogas. Los medicamentos herbarios, las cápsulas de ajo por ejemplo, se venden en las farmacias. Una comisión de Alemania llamada Comisión E ( Commission E) hizo un estudio de unas 300 drogas vegetales, evaluó todos los trabajos científicos sobre eficacia y seguridad e informó para cada una de ellas qué efectos terapéuticos tenían basamento científico y cuáles no y qué posibles efectos adversos o toxicidad podían presentar. También decían qué usos no eran posibles porque faltaban estudios. Europa está muy avanzada en el tema de drogas vegetales. En Estados Unidos hasta sacaron en un momento la Farmacognosia del plan de estudios de Farmacia, es decir la redujeron solamente a la extracción de principios activos.
-Frente a este panorama, ¿cómo se ubica Argentina?
Nosotros en este posicionamiento estamos en línea con Brasil y Europa. Y por supuesto en lo que es Farmacopea general estamos también en línea con la USP de Estados Unidos. La ANMAT sigue criterios de la USP y de Europa.
-¿Cuántas drogas vegetales autóctonas tiene la Argentina ?
En total, hay más de 1.000 plantas que tienen efectos terapéuticos, pero no todas tienen actualmente un uso popular, son usadas por algunas comunidades y pueblos, pero no tienen una difusión muy importante. En Capital hay una gran tradición europea, con lo cual muchos de los comprimidos o medicamentos que se usan son de plantas europeas, como la valeriana, el ginkgo, el ginseng o el castaño de India, que son las más comunes. Pero aun en Capital hay algunas otras plantas que son de muchísimo uso, al igual que en el interior, como el ambay , la congorosa , la carqueja, la marcela , la pezuña de vaca, la cola de caballo, entre otras. Se venden mucho en herboristerías, muchas de Capital. Fueron un boom en el año 2001, cuando la gente no tenía acceso al medicamento y recurría a las plantas medicinales.
¿Qué porcentaje de la población hace uso de estas drogas habitualmente?
-No hay una cifra cierta, porque la gente en general no se lo dice al médico, tiene vergüenza. El único que puede conocer las cifras es el farmacéutico. Sí hay un uso importante en el interior del país y en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde se consumen muchas hierbas y productos elaborados con ellas, por una cuestión que va más allá de la moda. La gente está cansada del fármaco de droga de síntesis, que produce más efectos adversos que otra cosa. En cambio, las drogas vegetales, cuando son eficaces, tienen muchos menos efectos adversos. Porque colaboran muchos principios activos para producir una determinada actividad, por ejemplo en la actividad antiinflamatoria.
¿Y el médico cómo puede manejarlo con sus pacientes?
-El médico tiene que ponerse al día, saber que existen las drogas vegetales y preguntar al paciente sobre sus hábitos, haciendo lo posible para que el paciente se sienta cómodo y no se sienta juzgado. En vez de decirle que "puede tomarse ese tecito , no hace nada", debe tomar conciencia de que son fármacos y pueden producir efectos adversos. También debe ser consciente de que el uso prolongado de estas plantas, sobre todo de aquellas sobre las que no hay estudios, puede ser perjudicial. Si el día de mañana viene alguien y a uno le dice que tal persona se murió de un tumor en el hígado, nadie lo va a atribuir a que se tomó durante 20 años un tecito de tal o cual planta medicinal. En este aspecto hay que tener cuidado. El equipo médico tiene que estar presente. Hoy por hoy la tarea no es más unidireccional, sino multidisciplinaria. La tarea del médico se complementa con la del farmacéutico, que debe advertirle al paciente sobre las interacciones.
Fuente: Agencia CyTA -Instituto Leloir /Misiones/Argentina
La Fitoterapia: Curarse con Plantas
El empleo de las plantas medicinales con fines curativos es una práctica que se ha utilizado desde tiempo inmemorial. Durante mucho tiempo los remedios naturales, y sobre todo las plantas medicinales, fueron el principal e incluso el unico recurso de que disponían los médicos. Esto hizo que se profundizara en el conocimiento de las especies vegetales que poseen propiedades medicinales y ampliar su experiencis en el empleo de los productos que de ellas se extraen.
La fitoterapia, nombre que se aplica al uso medicinal de las plantas, nunca ha dejado de tener vigencia. Muchas de las especies vegetales utilizadas por sus virtudes curativas entre los antiguos egipcios, griegos y romanos pasaron a formar parte de la farmacopea medieval, que más tarde se vio enriquecida por el aporte de los conocimientos del Nuevo Mundo. Dichas plantas medicinales y los remedios que entonces utilizaban se siguen usando hoy en día.
Hay que tener bien en claro el concepto de principio activo para hablar de la fitoterapia. Se denomina PRINCIPIO ACTIVO a toda sustancia dotada de actividad farmacológica. Los principios activos suelen ser metabolitos secundarios de la planta, es decir, que no son fundamentales para ella (suele tratarse de sustancias de reserva, productos para repeler o para atraer a los insectos para la polinización, etc.).
La tendencia actual hoy de las industrias es fabricar los denominados fitofármacos, que pueden llegar a ser mezclas muy complejas de principios activos de fuentes naturales (plantas) de similar o diferente acción farmacológica destinados al tratamiento de determinadas patologías. En algunos casos corrigiendo las características indeseables -como pueden ser el olor o el sabor desagradables (corrección organoléptica)-, en otros añadiendo drogas o principios demulcentes (suavizantes) a aquellos que son irritantes, etc. Unas veces se emplea la droga completa (hojas, flores, raíces...), otras se utiliza solamente un principio activo y algunas más se mezclan varios principios activos de la misma o diferentes plantas.
Qué es lo que comes?
La preocupación por hacer de la alimentación una garantía de salud no es nueva, pero parece que en la actualidad ha crecido el interés colectivo por conocer las virtudes y perjuicios de los productos que ingerimos. Los hábitos del mundo occidental están marcados por una serie de circunstancias especiales que los expertos en nutrición estudian y valoran permanentemente. Hipócrates, considerado el padre de la medicina, ya lo hizo hace más de dos mil años, y por eso sentenció: "que tu alimento sea tu mejor medicamento".
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), todos los seres humanos tienen derecho a consumir suficientes alimentos inocuos y nutritivos que permitan llevar una vida activa y saludable.
El consumidor final tiene en sus manos la posibilidad de influir sobre la calidad de los productos que ingiere. Al fin y al cabo, de ellos depende la última fase del proceso: la preparación de los alimentos. Aunque no sólo es necesario cocinarlos, además hay que hacerlo bien. Si queremos que nuestros hijos no sigan nuestras malas costumbres alimenticias, tenemos que poner mucho esmero en reforzar este punto. En definitiva, todos los alimentos pueden ser beneficiosos si son ingeridos en su justa medida, aunque es cierto que pueden contener elementos tóxicos. Evitarlos es una tarea en la que el consumidor preocupado por su salud desempeña un papel esencial.
Resulta que un problema de salud muy privada se relaciona con complicaciones potencialmente significativas y costosas. En una revisión de evidencia científica, los investigadores hallaron que el estreñimiento podría conducir al riesgo de complicaciones más graves, o aumentarlo, como hemorroides, fisuras, incontinencia fecal, afección del colon y trastornos urológicos.
El Dr. Nicholas J. Talley, presidente de medicina interna de la Clínica Mayo de Jacksonville, señaló que pocas personas aprecian la seriedad del estreñimiento porque los síntomas varían sustancialmente, de moderados a graves.
"La mayoría de la gente presenta síntomas moderados intermitentes y no debería preocuparse, aunque algunos sí lo hacen de manera excesiva", señaló Talley, quien también es profesor de medicina y epidemiología del Colegio de medicina de la Mayo. "Otros sufren en silencio porque da vergüenza hablar de los intestinos". Entre el 12 y el 19 por ciento de la población de América del Norte, hasta 63 millones de personas, sufre de estreñimiento, según la reseña.
Otro estudio halló que en los EE. UU., el costo directo de tratar el estreñimiento es cercano a los $256 millones al año. La atención con hospitalización fue responsable del 55 por ciento del costo, aunque el estreñimiento se trata principalmente en ambientes ambulatorios. Se considera que la gente que experimenta dos o más síntomas durante al menos tres meses durante seis meses o más tiene "estreñimiento funcional". Entre los síntomas se encuentran esfuerzo, heces apelmazadas o duras, sensación de evacuación incompleta, sensación de obstrucción anorrectal, manipulaciones manuales para ayudar con la defecación y menos de tres defecaciones sin ayuda a la semana.
Aunque la función del estreñimiento en la enfermedad diverticular y el cáncer de colon sigue sin quedar clara, los estudios de control de caso, que comparan a un grupo de personas que tienen una afección con otro que no la tiene, han mostrado una relación significativa entre el estreñimiento y las hemorroides. Los estudios de intervención, en los que ha habido cambios en la dieta y terapias medicinales para minimizar el estreñimiento, también han sugerido una relación causal.
También se ha mostrado al menos una relación entre el estreñimiento y otras afecciones. Los estudios de pacientes de prolapso rectal, en el que el recto se estira y sobresale por el ano, sugieren una relación de este tipo. Más del cincuenta por ciento de los pacientes de fisuras anales también tienen estreñimiento. Además, los investigadores anotaron que la incontinencia fecal, la segunda causa más común de admisión a hogares para ancianos, con frecuencia tiene lugar junto con el estreñimiento.
También parece haber una relación causal entre el estreñimiento y los trastornos urológicos. A pesar de esas conexiones, la cantidad de medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para tratar el estreñimiento crónico es limitada, según una reseña en un suplemento de la Journal of Managed Care Pharmacy. Uno de los medicamentos más nuevos, Amitiza (lubiprostona), es el único medicamento aprobado por la FDA para el tratamiento de los adultos que tienen estreñimiento crónico, para el cual no hay causa conocida.
En cuanto a la prevención del estreñimiento, Talley aseguró que ha hallado que una dieta bien balanceada, un patrón regular de visitas al baño y no evitar la necesidad de hacerlo pueden ayudar. "El estilo de vida es clave para la mayoría", dijo.
Nicholas J. Talley, M.D., Ph.D., chairman of internal medicine, Mayo Clinic Jacksonville, and professor of medicine and epidemiology, Mayo Clinic College of Medicine, Rochester, Minn.; James C. Eoff III, Pharm.D., executive associate dean and professor of clinical pharmacy, University of Tennessee College of Pharmacy, Memphis, Tenn.; American Society for Colon and Rectal Surgeons, Arlington Heights, Ill.; April 2004, American Journal of Gastroenterology; Managed Care Interface; New England Journal of Medicine ; November 2008, Journal of Managed Care Pharmacy, supplement; January 2009, Clinical Gastroenterology and Hepatology
El síndrome del colon irritable: Fitoterapia
El síndrome del colon irritable se caracteriza por una serie de síntomas o molestias como alternancia del estreñimiento y diarrea, espasmos intestinales, hinchazón, nauseas y flatulencias. La dieta, la tendencia genética y el estrés son algunos de los factores más determinantes.
El síndrome del colon irritable es un problema común que esta relacionado con los intestinos, también se conoce con el nombre de intestino irritable. Para mejorar el síndrome de colon irritable debemos cambiar nuestra dieta y mejorar la flora intestinal.
Es un trastorno que afecta principalmente a mujeres entre 20 y 30 años, pero puede afectar igualmente a hombres. El 70% de pacientes con intestino irritable son mujeres mientras que el 30% son hombres. Todos los estudios realizados sobre la influencia del factor hormonal en la incidencia de esta enfermedad no fueron concluyentes. Se dice que de cada 1000 personas, cinco sufren de colon irritable.
Evite alimentos flatulentos: col, coliflor, habas, garbanzos, lentejas, coles de Bruselas, cebollas, puerros, guisantes, frutos secos y en conserva. Evite las bebidas gaseosas.
Respecto a la conveniencia de tomar alimentos ricos en fibra o no hay casos para todos los gustos. Algunas personas mejoran al tomar más fibra en su dieta y otras muchas, en cambio empeoran. Como norma aconsejamos que si se quiere aportar más fibra que no sea la del trigo. Es mejor la de la avena, verduras, Psillium y frutas.
Está comprobado que pasar demasiadas horas sin comer nos aumenta los niveles de insulina y debilita nuestra capacidad digestiva. Es por eso que se recomienda hacer cinco comidas al día. Comer poco a poco, masticando y ensalivando los alimentos. La digestión comienza en la boca. No hace falta decir que el hecho de comer de pie está totalmente desaconsejado.
En general es mejor suprimir la leche de vaca y pasarnos a la vegetal (soya, almendra, avena, arroz, avellanas, etc.) aunque los yogures y especialmente el kéfir se toleran mucho mejor.
Fitoterapia como tratamiento
Una buena tisana después de las comidas podría constar de Melisa, Manzanilla y Anís verde. Es digestiva, relajante y carminativa (favorece la expulsión de los gases).La Manzanilla (Matricaria chamomilla) suele ser de gran ayuda ya que reduce los espasmos gastrointestinales debido a sus propiedades relajantes del sistema nervioso y tonificante de los procesos digestivos.La fibra de Cáscara de Psillium ayuda a limpiar los intestinos gracias a su fibra soluble e insoluble. Como forma una especie de gel tiende a aliviar tanto la diarrea como el estreñimiento ya que estos mucílagos absorben agua y reducen el efecto irritante de los alergenos y ácidos que se asocian normalmente con el síndrome del colon irritable.
El jengibre o kión suele aliviar la mayoría de problemas gastrointestinales. Se puede tomar en infusión o como aderezo en las comidas.
La fibra que contiene un hongo llamado Reishi (Ganoderma lucidum) es muy util para este tipo de situación, acostumbrarse a consumirlo cocido al vapor es algo dificil por poseer un sabor amargo. Existen en el mercado productos naturales donde se ofrece el hongo combinado con otros vegetales o en comprimidos.
La toma de enzimas digestivos y "flora intestinal" (Lactobacillus acidophilus, Bífidus, etc.) antes de las comidas suele ser de gran ayuda ya que colaboran en la digestión y en el equilibrio de la flora intestinal. Hemos de tener en cuenta que las bacterias perjudiciales que a menudo anidan en nuestros intestinos pueden favorecer o agravar el síndrome del colon irritable.
Muy importante
Evitar el stress es necesario. Realizar mucha relajación y no llevar una vida muy agitada. Se recomienda realizar algun tipo de ejercicio para mejorar el tránsito intestinal y alejar las tensiones.
Realizar terapia de relajación por medio de yoga, meditación, masajes, musicoterapia, aromaterapia, etc.
Tomar vitaminas del grupo B (consultar al especialista la dosis) ayuda a tolerar mejor el estrés y esto es vital ya que suele estar detrás de la mayoría de problemas digestivos.
Recientemente se han desarrollado varios fármacos que modifican la actividad de un neurotransmisor denominado serotonina para tratar el síndrome de colon irritable, pero estos fármacos se deben utilizar con mucho cuidado en ciertos niños y adolescentes.
El Ganoderma Lucidum y el SIDA
ESTUDIO CLÍNICO Y EFECTOS INMUNOMODELADORES DEL GANODERMA LUCIDUM EN PACIENTES CON SIDA Y VIH
1) Efectos inmunomoduladores In Vitro de extractos de Ganoderma lucidum (Reishi).
Nestros estudios preliminares in vitro indicaron que ciertos extractos de Ganoderma lucidum o Reishi pueden funcionar como inmunorestauradores en individuos con supresión inmunológica suave a moderada. El efecto puede ser debido a cambios en los fenotipos de las células T, o por realce de la función de la célula T. Por lo tanto, la selección apropiada de los pacientes en los ensayos es esencial para garantizar el resultado del estudio.
2) Estudio clínico de pacientes con VIH en Tailandia tratados con Reishi micronizado.
Un polvo fino de Ganoderma lucidum Japonés fue administrado a 10 pacientes con infección de VIH avanzada. Solo un paciente había tomado antiretrovirales por dos o más meses antes de enrolarse en el estudio y la cuenta de CD4 todavía permanecía por debajo de 200 células/milímetro cúbico. Los mismos regímenes antiretrovirales fueron mantenidos a través del período de 12 semanas de estudio; los pacientes fueron observados cada 4 semanas para revisar los cambios en la carga viral de VIH y CD4. Los resultados indicaron que el Reishi micronizado era bien tolerado. Sin embargo, el producto no mostró beneficios apreciables ni en los síntomas clínicos, la cuenta de CD4 o las cargas virales de VIH.
Por lo tanto, es deseable purificar los ingredientes activos de los hongos, tales como los terpenoides y los polisacáridos incluyendo beta-D-glucán y su complejo proteínico antes de estudios clínicos adicionales.
Referencias:
1) T. Mizuno: Anti tumor Active Substances of Mushroom Fungi, Based Science and Latest Technology on Mushroom, pp. 121-135 (1991), Nohson Bunka Sha, Tokyo.
2) T. Mizuno: Chemistry and Biochemistry of Mushrooms, pp. 35-45, 211-221 (1992), Gakkai Shuppan Center, Tokyo.
3 comentarios:
Hola, he tratado de correo electrónico usted en relación con este post, pero aren? T capaz de llegar. Por favor, un e-mail cuando recibe un momento. Gracias.
Es evidente que hay mucho que aprender acerca de esto. Creo que hizo algunas cosas buenas en características también. Sigue trabajando, gran trabajo!
hola, el correo es ganocafe_luiguivp@hotmail.es
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